Los basurales del valle de Punilla todavía esperan una solución

Ambiente proyecta crear un vertedero

Esta zona sigue teniendo casi un basural a cielo abierto por localidad, sin tratamiento de residuos, que generan riesgos de contaminación y de incendios en las sierras por quemas descontroladas

A un año del anuncio del Gobierno provincial de erradicar los basurales a cielo abierto en 24 localidades del departamento Punilla, el destino final de los residuos sólidos en esta zona sigue sin ser resuelto.

En la Comunidad Regional Punilla, que nuclea los municipios y comunas del departamento, se admite que hace cinco meses que no debaten el tema. "Desde febrero no se habló más, porque se espera un informe de la Secretaría de Ambiente provincial sobre la ubicación del predio en el que instalará la planta", deslindó responsabilidades la Comunidad Regional, a través de su oficina de prensa.

La idea de Ambiente, y hasta ahora aceptada por la Comunidad Regional, es la de crear una planta que reciba toda la basura de la región, separe la que sea reciclable y el resto termine enfardado para ser guardado en bolsas impermeables, luego de extraer mediante prensado los líquidos lixiviados, que deberían ser tratados por plantas cloacales que tenga la zona. Es el mismo sistema que propuso para el valle de Calamuchita. El proyecto para Punilla no involucra a la mayor ciudad del valle, Villa Carlos Paz, que envía su basura al sistema de Córdoba capital.

¿Dónde? En Ambiente señalan que la demora en definir el predio no es propia. Aclararon que esa elección es responsabilidad de la Comunidad Regional, y que la repartición debe evaluar luego la viabilidad del sitio elegido. Según se explicó, se aguarda que Epec defina la factibilidad para hacer llegar una línea de energía sobre un predio que ya estaría predeterminado.

Fueron evaluados seis puntos diferentes, todos en la Pampa de Olaen y dentro de las 30 mil hectáreas que son propiedad de la Fundación San Roque. Son sitios a los que accede por la zona de Molinari, cerca de Cosquín, por el camino que conduce a Characato.

"Ambiente nos consultó de algún predio. Nosotros solicitaríamos un alquiler hasta que la planta esté funcionando y luego haríamos un convenio. Pero no hay nada en firme aún", señaló Eduardo Chiodi, administrador de la Fundación San Roque.

Tampoco hay avances sobre el proyecto que determinaba crear cinco plantas de transferencia en distintas localidades para reducir el tonelaje de residuos a transportar a ese destino final. Mientras, algunos pueblos continúan con sus proyectos, con intentos de separación de residuos orgánicos e inorgánicos para achicar sus basurales.

En declaraciones públicas, intendentes y presidentes comunales siguen tan cautelosos como hace un año. Continúan manifestando sus temores por el costo que deberán afrontar con sus presupuestos.

Admiten que fletar la basura a otro destino y pagar por tonelada a tratar es más caro que arrojarla sin tratamiento en basurales cercanos, como hace hoy la mayoría. Los municipios esperan saber, por ejemplo, si los camiones para los fletes serán también comprados con fondos provinciales. Ambiente dijo que se haría cargo del costo de construcción de la planta.

El proyecto planteado por Ambiente para la basura del centro y norte de Punilla es igual al propuesto para Calamuchita.

En ese caso, la Comunidad Regional ya definió el predio de 68 hectáreas (entre Santa Rosa y San Ignacio) y la Provincia dispuso su expropiación. Pero en Calamuchita la controversia sigue vigente. Aunque todos admiten la urgencia de erradicar los basurales a cielo abierto, hay sectores "como un movimiento de Vecinos Autoconvocados, avalado por entidades ecologistas" que rechazan el proyecto del vertedero controlado, con enfardado y embolsado de la basura no reciclable. Sostienen que no debería concentrarse la basura en un sólo punto sino que cada pueblo la trate y reduzca por su cuenta. Y cuestionan sobre todo el lugar de emplazamiento, ya avalado por Ambiente de la Provincia.

En Punilla también aparecieron algunos grupos y entidades ecologistas que plantearon dudas por el proyecto propuesto para esa zona.

Para financiar ambos proyectos, Ambiente de Córdoba recurrirá a los fondos que recibe del "impuesto al fuego" que pagan todos los cordobeses con la factura de energía. Desde el año pasado, el 30 por ciento de ese tributo tiene ese destino, con el fin de erradicar basurales. En 2009, le correspondieron a Ambiente unos 15 millones de pesos en este concepto. Es el monto que se calcula podrían costar los sistemas de Calamuchita y Punilla.

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