Día Internacional sin tabaco

Informe de Priscila Freire Yoder

Canal 11 adhiere al Día Internacional sin tabaco y les brinda en forma paralela un informe televisivo de la Lic Priscila Freire Yoder sobre esta adicción y a la vez en nuestra página compartimos un informe sobre el tabaco

 

El consumo de tabaco crece a pasos agigantados. Más de quinientos jóvenes por día comienzan a fumar, y la edad en la que se consume el primer cigarrillo cada vez es menor.

El hecho de que el tabaco no sea considerado una droga ilegal muchas veces nos hace olvidar la realidad contundente de que el tabaco es una droga. Es  importante resaltar que  no es una droga más en el mercado de las drogas. La nicotina  que contiene el tabaco es la droga más adictiva conocida en todo el mundo, y su consumo lleva a más muertes que el consumo de drogas ilegales, que el sida y que los accidentes de tránsito.

Valdría entonces preguntarse: ¿si esta droga es tan peligrosa y letal, por qué hay más campañas de prevención y/o legislaciones sobre otras factores de riesgo (enfermedades, accidenes,etc?. La respuesta es sencilla. Las tabacaleras son un actor muy fuerte, que no está interesado en que las personas dejen de fumar o en que se realicen campañas de prevención. En Argentina las tabacaleras mueven $4.000 millones anuales. En cada país la legislación referida al tabaco es distinta; todo depende de la negociación que logren los gobiernos con las tabacaleras.

 

Cabe resaltar también que fumar es una adicción. La palabra adicción tiene, entre otros, dos orígenes. Etimológicamente la palabra “a” es un prefijo de negación y la palabra “dicción” se refiere al habla. De aquí podemos deducir lo siguiente: “a”= no, “dicción” = palabra, por lo tanto “adicción” = “no poder poner en palabras, no decir, no poder decir”. ¿Qué es lo que no están pudiendo decir las personas? ¿Qué es eso que tienen callado que los lleva a depender del cigarrillo?. Sería importante reflexionar sobre esto. Otro origen de la palabra adicción es aquel que da a conocer que la palabra adicción era el título dado a la pena o condena que tenían en la antigüedad los homicidas. Esta condena llamada adicción consistía en que el homicida tenía que cargar con el muerto sobre sus espaldas, caminando por el desierto, hasta que esto causaba su propia muerte. Era una pena de muerte lenta, con una carga que llevar en las espaldas, de gran sufrimiento físico y psicológico. Creo que queda claro entonces por qué se utiliza esta palabra para las personas dependientes del cigarrillo, de otras sustancias o aún de actividades, que de manera lenta y pesada los van llevando a la muerte o a la dificultad de llevar adelante una vida saludable.

 

No son útiles las campañas que solo informan acerca de los riesgos de fumar. Hablar acerca de todas las enfermedades y daños que produce el cigarrillo es como explicarle a una persona que está en una celda todos los males de estar ahí encerrada, pero sin otorgarle la llave para salir de ese lugar. Es importante pensar por qué fuman las personas que fuman. Si les preguntamos ¿cuál es la ventaja de fumar?, la mayoría  responderá: “el cigarrillo me relaja, me calma la ansiedad”. Esto es una mentira, un engaño. La nicotina no calma el stress, por el contrario, lo produce.

 

Veamos esto un poco más a fondo.  El síndrome de abstinencia es el conjunto de síntomas que se tiene como consecuencia de no ingerir algo, en este caso nicotina. Los síntomas de la abstinencia de la nicotina son un conjunto de sensaciones muy similares a la de nervios y hambre. Estos síntomas no son padecidos por las personas solo cuando deciden dejar de fumar para siempre; estos síntomas acompañan al adicto al cigarrillo durante toda su vida de fumador. Desde el primer cigarrillo el cuerpo comienza a padecer el síndrome de abstinencia, debiendo consumir lo antes posible otro cigarrillo para afrontar la sensación de ansiedad producida por el síndrome de abstinencia de la nicotina. Con este cigarrillo el fumador tiene la sensación de que ha aliviado su stress. En realidad lo que ha hecho es calmar el síndrome de abstinencia de nicotina. O sea, el fumador no solo no reconoce que el cigarrillo es el que le ha causado está sensación, sino que además le otorga al cigarrillo el mérito de haberla calmado. Este es el engaño de la nicotina, y una vez que persona entiende esto, puede decidir no ser más esclavo del síndrome  de abstinencia de la nicotina. Cuando la persona decide dejar de fumar, con la clara conciencia de que ha dejado de ser engañado y que no está perdiendo nada al dejar de fumar, podrá salir de esta adicción sin necesitar fuerza de voluntad, ni ningún sustituto (como comida, parches de nicotina, etc.)

 

En conclusión podemos confirmar que el “sacarse la venda de los ojos” es el mejor método para dejar de fumar, y más aún, podemos decir, citando un versículo de un reconocido libre: La verdad es lo que nos hace libres.

 

                                                                Lic. Priscila Freire Yoder

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