En el Berti: Mary y Max, de Adam Elliot, Australia, 2009

Una buena película en cineclub 23 de junio, 20.30hs

Mediometraje, a las 20.10hs: La vendedora de fósforos (32’), de Jean Renoir, Francia, 1928 Este dibujo animado para adultos de Adam Elliot, en la línea de Las trillizas de Belleville, combina humor, sarcasmo y una discreta sabiduría al momento de abordar los temas que atraviesan el relato y manifiesta una gran compasión respecto de sus dos personajes principales,

a pesar de que en el desenlace una decisión de guión no sea del todo justa con el destino de éstos. Es 1976: Mary, una niña australiana, sensible y solitaria, cuya familia profundiza su desamparo (“ella es un accidente”), decide enviar al azar una carta a un nombre que arranca de una guía telefónica de Nueva York. Una pregunta articula la misiva: ¿de dónde vienen los bebés en Norteamérica? El destinatario será Max, un judío de Manhattan, obsesivo y fóbico, inventor del pancho de chocolate, tan solitario e idiosincrásico como Mary. La respuesta de Max será el inicio de una relación epistolar (y transgeneracional) entre una niña y un hombre a lo largo de muchos años.

 La película es un gran panegírico sobre el género epistolar, y sugiere que la correspondencia puede ser una suerte de tecnología de la intimidad compartida en donde la escritura funciona como un puente intelectualmente amoroso entre dos almas solitarias.

 

(Roger Koza)

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