El miércoles en Cineclub: Gertrud, de Carl Dreyer, Dinamarca, 1964

Cortometraje: Biermann-Film, de Alexander Kluge, Alemania, 1983

El último film de Carl Dreyer es para mí la más hermosa, conmovedora e inagotable de todas las películas narrativas, pero sin duda no es para todos los gustos. Adaptación de una pieza teatral olvidada de Hjalmar Söderberg

la película se centra en una mujer muy terca y orgullosa (Nina Pens Rode) que en el amor demanda un compromiso total y abandona a su esposo y a un viejo amante por un músico joven al que ella le es relativamente indiferente.

 

Los extensos planos secuencia y el sonido directo (rodada casi en su totalidad en estudio) repiten el lento movimiento de una pieza teatral, y la película merece un lugar, junto con El cuarto mandamiento, Lola Montes y Un tiro en la noche, en el panteón de las películas sobre la memoria como encantamiento. El sentido del film gira, parcialmente, en torno a la incapacidad o el rechazo de comprometerse y lo que eso implica a lo largo de toda una vida. Es una película exquisita, insoportable e inolvidable.

 

 

Jonathan Rosenbaum

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