Río Cuarto: los padres “se meten” en la noche

El grupo se denomina Con Vivencia Ciudadana

 Con la idea de terminar con el descontrol en la diversión nocturna, los padres se unieron a otras familias, cuyos integrantes también fueron víctimas de la violencia en la noche riocuartense, decididos a comprometerse y participar, por una cultura más pacifica y mayor protección para los chicos

Al grupo de damnificados enseguida se le sumaron una veintena de padres –entre ellos un dirigente deportivo, un juez y un director de escuela– todos decididos a comprometerse y participar, por una cultura más pacifica y mayor protección para los chicos.

Llevan casi cuatro meses de reuniones en la Municipalidad. Han formado diferentes comisiones y se juntan todos los lunes a las 18.30. Lograron consensuar varias propuestas con bolicheros, policías, funcionarios y concejales, al tiempo que han diseñado proyectos educativos. Han comenzado a convocar a especialistas y hasta a tramitar fondos de fundaciones internacionales.

El grupo se denomina Con Vivencia Ciudadana, "con la idea de vivenciar ciudadanía".

"Nos precisamos los unos a los otros porque queremos combatir esta pandemia de la violencia que afecta a lo que más queremos: nuestros hijos", dice uno de los documentos de los padres autoconvocados.

"Justo estaba en discusión en Río Cuarto el código de espectáculos públicos, que regula el funcionamiento de los boliches, y fueron consideradas todas nuestras propuestas. Hay bolicheros que ya comenzaron a implementar cosas que les pedimos, como el detector de metales", empiezan a relatar los papás. "Buscamos acordar con los pueblos vecinos, tendría que haber una ley para todos", apunta Mercedes.

Rolando Guadagna, juez civil y padre de dos jóvenes, analiza: "El problema de la violencia es multicausal, trabajar en lo pequeño no es sustentable, y si uno va a los problemas de fondo, siente que no puede hacer nada, salvo que participe en el Foro de Porto Alegre u otros movimientos incipientes, porque hay un sistema internacional inequitativo, excluyente, en el que se fomenta la violencia. Pero a nivel ciudad, pensamos que es posible generar un cambio cultural, trabajando en varios focos a la vez, no sólo en los colegios, sino en los clubes, con los medios locales; desarrollar escuelas para padres. Si todo se orienta hacia una cultura de paz puede tener resultado".

David, contador, acota: "Nosotros nos decidimos a participar. No hay que tener miedo, cuando uno se comienza a involucrar, el trabajo se va construyendo solo". Andrea expresa: "Es tanta la impotencia cuando un hijo es víctima... Nosotros siempre fuimos padres presentes, lo íbamos a buscar a bailar y con eso creíamos que lo resguardábamos, pero cuando lo golpearon, en la media hora que demoró su tomografía, que fue terrible, pensamos tantas cosas... Ahí nos dimos cuenta de que no era suficiente con lo que hacíamos".
 La Voz del Interior

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