INSTANTE DE POESIA: POESIA LOS NOMBRES

ESPACIO CULTURAL EN EL NOTICIERO DE LA CUMBRE

MARIA SOLEDAD RANZUGLIA- POETA DE LA CUMBRE
POESIA "LOS NOMBRES" EL RESPLANDOR DEL TIEMPO
¿Quién vive detrás de los nombres?
Cuando nombramos a alguien, en verdad lo estamos convocando o evocando...(LEER MAS)

desde la Presencia. Nombrar es un gesto de gran delicadeza, porque al hacerlo de manera sentida, nos abrimos a recibir los atributos de las cosas y seres queridos, de todo aquello que donan como si se tratase de grandes o pequeños paisajes, sustento de todo encuentro.
Cuando nombro al fuego, en realidad busco su calor; la palabra es el medio. Si evoco la noche de lluvia, busco su frescura y transparencia, la intimidad sagrada. Si llamo a un hijo, le hablo a su presencia invisible, lo único cierto que jamás logra el tiempo desvanecer ni ocultar, la Luz es un lenguaje tan vital... Dicen que "lo Esencial es invisible a los ojos".
De tanto decir la palabra pan, un día comprendo que podemos alimentar. Entonces, podemos dar a Luz a cada instante, a cada aspecto creado, reconociendo la profunda sed de lo sustancial... Ser nombrados con la calidez del sentimiento es un bautismo que nos inspira a renacer una vez más y para siempre.
Como digo en la obra de teatro..."es que yo buscaba tu Presencia, sí, y quise saber quién vive detrás del nombre de tu padre, de tu nombre..."
María Soledad Ranzuglia
Los Nombres
Cada nombre que roza
mis oídos,
trae un abanico
en espiral de rosas…
Repiquetean las gotas
en la losa limpia,
sumergen los peces
al océano en su boca,
acontece la brisa del verano,
perfumando las fragancias
con la mágica carrera de las horas.
Y pasan,
los nombres pasan y se enredan
como madreselvas en el pino
y en la aurora,
y parten a la tierra del olvido
por el mismo carrusel,
regresando sin querer
entre unas pocas cosas.
Y mi nombre tan lejano,
como un deseo que alguien
vierte a la memoria,
desvanece la palabra
susurrando alguna luz,
que por antigua,
aún duerme desvestida
en la demora.
Cada nombre que roza mis oídos,
llega como aura de presencia
invisible que me nombra,
si respondo a ese umbral,
si me animo a preguntar
quién convive en el secreto
que refugia el gran triunfo
sin derrota,
yo no sé qué pasará…
Tal vez sea el mismo hombre
quién pregunta y quién responda,
tal vez todos los nombres
sean simplemente,
los apodos infinitos de una Gloria.
María Soledad Ranzuglia
De La Canción Olvidada
Babel Editorial

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