INSTANTE DE POESIA: A MI NIÑA INTERIOR

MICRO DE POESIAS EN CANAL 11

Cuando nombramos la Inocencia, rápidamente nos remitimos a una única etapa: la infancia. Y no podemos continuar confundiendo un estado espiritual con una edad. (LEER MAS)

Sí, es verdad que en los primeros años de nuestra Vida, al no tener un cerco de ideas que limitan la expansión amorosa de la Dicha que heredamos, nos sentimos parte del paisaje que vino con nosotros, parte de la fiesta, de parte del Amor. Y para prueba de ello, está la inmensa fortaleza que se dispone de niños, aún en circunstancias tan adversas. 
Entonces, por qué olvidar lo que jamás se ha perdido... Podemos cultivar en el tiempo, no las formas de un niño, pues felizmente crecer íntegros es una libertad que a mi sentir, permite elegir de nuevo desde donde vivirnos.
Podemos cultivar el estado de Presencia, el silencio que nos murmura la dirección de aquel camino, podemos desterrar la niebla del miedo que produce ilusoriamente el desamparo sin sentido, al creernos solos, como náufragos  en un mundo amenazado por las propias percepciones que sin querer fabricamos por olvido.
Es hora de saber... Hay un Regalo que aún espera ser abierto, aceptado y compartido.
El Regalo, es volver a la Fiesta de sabernos unidos a una Inocencia que ningún tiempo logra apagar.
Es el fulgor, un Resplandor desde Siempre, amanecido.
María Soledad Ranzuglia
A mí Niña Interior
La última vez que te vi
tenías trenzas,
caminabas contando las baldosas,
corazón de pájaro perseguido,
mente de luz y mariposas.
 
Eras cazadora de geranios,
exploradora,
comías mandarina en la vereda,
solías reírte y hablar sola.
 
La última vez que te vi así,
subiste a un colectivo
y de pronto el miedo se apoderó
de tus horas…
El mundo se hizo tan extraño,
ellos tantos,
y … yo tan sola.
Las estrellas se esfumaron,
los números reemplazaron las gaviotas,
la música se tornó una marcha,
mi corazón se volvió una ostra.
 
La perla quedó guardada,
grabó mi risa,
tu pensar sin olas,
semillas de naranjas esparcidas,
cardumen de sueños,
color amapolas.
 
Templanza de años que pasan,
siestas de silencio abrazadoras,
mi Ser decide buscarme,
esta tarde,
en la plaza,
a la misma hora.
 
María Soledad Ranzuglia
Del libro Todos Somos Creadores
Editorial Foja Cero

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