TURISMO Y CRECIMIENTO DE PUNILLA

Carta del periodista Carlos Palomares

Las pequeñas localidades turísticas que conforman el Valle de Punilla, Córdoba, lo van convirtiendo en una ciudad integral. Cada vez es menor el espacio no ocupado entre localidades, cada vez es más difícil saber si uno está en Giardino, La Falda o Valle Hermoso, ya que los límites no son precisos.

. Los nuevos pobladores extienden las fronteras de cada sitio, para concluir en un futuro no lejano, en la Ciudad de Punilla. Tal vez, y solo tal vez, la excepción esté dada con la zona Norte, donde La Cumbre, Los Cocos, San Esteban  y Capilla del Monte quedan aparentemente aislados del resto ya que se encuentran situados a una altura mucho mayor, pero es esta una barrera fácilmente franqueable. De todas formas, no significa que procedan de manera diferente al resto del Valle ni se sientan fuera de este. Más bien todo lo contrario.

El crecimiento de Punilla tiene algunas vertientes que son interesantes destacar para observar el predecible futuro de esta zona del Norte Cordobés.

En los últimos años, desde su extremo Sur (Carlos Paz) hasta el extremo Norte (Capilla del Monte), el Valle se vio “invadido” por personas provenientes de las grandes ciudades. Las motivaciones eran diversas, desde escapar al caos urbano, buscar sitios donde la tranquilidad reinante les aportara una mejor calidad de vida, hasta quienes atraídos por un cielo no contaminado, pensaban desarrollar aquí su incipiente perfil místico. También llegaron ansiosos inversores, con grandes capitales, aventurándose a invertir en un lugar con prometedor desarrollo turístico. Es decir, invirtiendo en servicios, no en producción, algo que de por si está ausente en el Valle.

No significan estos dichos que yo esté en contra del Turismo, muy por el contrario, creo que es absolutamente  revitalizador de las economías regionales, sobre todo a partir de la instauración, por parte del Gobierno Nacional, de nuevos feriados y sistemas de fin de semana largo, método que extendió a buena parte del año aquello que era absolutamente estacional. Pero, como siempre, el cómo es más importante que el qué. Han proliferado buena cantidad de establecimientos hoteleros, casas de comida y, fundamentalmente, cabañas. Todo es muy bueno, muy lindo, muy estético, pero a poco que indaguemos  sobre que ocurre en algunos de estos establecimientos, comprobaremos ciertas omisiones realmente serias, que tienen que ver con la situación fiscal de cada uno de ellos y, fundamentalmente, las condiciones en las que se encuentran los trabajadores del sector, quienes deben cumplir múltiples roles, poco descanso, trabajo a destajo, salario inferior al mínimo, etc.

Algunos complejos de alojamiento no tienen habilitación, ya sea municipal y/o provincial, por lo tanto no se encuentran en condiciones de prestar el servicio; ya que no son inspeccionadas ni relevadas, por estar fuera del circuito legal. Sin embargo, trabajan de manera normal. Existe una gran cantidad de trabajadores no registrados y no solo en los establecimientos no habilitados, es notable observar cuando llega alguna inspección del Ministerio de Trabajo, como los dueños esconden a sus empleados, los camuflan, los disfrazan, etc. Los trabajadores se ven obligados a aceptar esta situación, el que se rebela corre serio riesgo de no encontrar trabajo en ningún otro lugar. Lo mismo ocurre con los salarios, se paga lo que se quiere y no lo que se debe, los convenios no se tienen en cuenta, al ser la mayoría trabajadores no registrados, lo cual, obviamente,  multiplica la rentabilidad de las empresas.

El desarrollo de las economías regionales, merced a un importante crecimiento del turismo interno, no es un slogan publicitario ni una promesa electoral, es un hecho, que ocurre y es de simple comprobación

También es fácilmente demostrable, lo manifestado por la Presidenta en su discurso del 28/01/13, cuando llama a distintos sectores a incorporarse a trabajar por el país y la producción. Pero lo que podemos observar en Punilla, son dos grandes ausentes, uno es el Gobierno Provincial a través de sus correspondientes Ministerios y los otros grandes ausentes son los Sindicatos que, en teoría, representan los intereses   de los trabajadores del sector inherente al turismo.

Es hora entonces, de volver a citar el mencionado discurso de CFK, proteger al país de la crisis significa generar puestos de trabajo digno y caminar hacia un crecimiento sostenido, es una tarea que compete a todos y cada uno de los habitantes de nuestro país.

Estas son palabras, es momento de comprender su significado.

Carlos Palomares

charlypalomares@gmail.com

Twitter: @charlypalomares

 

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