Nuevas Técnicas que reemplazarían los tradicionales rellenos ecológicos

Correo de lectores de Viviana Zalazar

El tratamiento de residuos, una industria de fuerte crecimiento en el mundo, tiene una nueva opción en la Argentina. La compañía alemana FlowWaste presentó un sistema integral de baja toxicidad. "A esta tecnología se la denomina RPP, y resulta tan económica y más efectiva que la tradicional modalidad de los rellenos ecológicos, aun aquellos de alta calidad"

Para la disposición final de los residuos, la compañía propone la tecnología Thermoselect, que presenta los menores valores de emisiones tóxicas al medio ambiente y produce materiales residuales que pueden ser reaprovechados.

Este tipo de plantas se probó con éxito en diferentes puntos de Europa. La primera se instaló en Verbania, Lago Maggiore (Italia), un centro turístico por excelencia, y el sistema fue recientemente aceptado entre los oferentes para el tratamiento de residuos de la ciudad de Viena.

Estas tecnologías fueron verificadas por los organismos oficiales de Alemania y de la Unión Europea (TV Technischer berwachungsverein, Dekra, Internationale Umwelstitute), que las aprobaron luego de cinco años de exigentes estudios.

FlowWaste es una filial del grupo FlowTex, empresa reconocida en el mundo por la instalación subterránea de conductos sin excavaciones.

En nuestro país ya se establecieron contactos con los organismos ambientalistas y con los estamentos oficiales encargados del tratamiento de residuos, un verdadero problema en la Argentina, donde proliferan los basurales a cielo abierto, crecen los negocios clandestinos con la basura y existe una gran contaminación de la tierra, el aire y los recursos hídricos como consecuencia del vuelco ilegal de desechos industriales.

El sistema RPP prensa los desechos hasta un 35 por ciento de su volumen, los hace girar y los amasa hasta expulsar el aire; los enfarda sólo dejando menos de un 20 por ciento del oxígeno en forma gaseosa, que se consume en pocas horas.

De esta manera se evita el desarrollo de microorganismos, al liberar a los residuos de los volúmenes de anhídrido carbónico, agua y oxígeno -agentes químicos del proceso de descomposición.

El fardo se prepara con una lámina impermeable, que permite la difusión del vapor de agua gracias a un proceso de diferencia de temperatura. Por lo tanto, los fardos redondos no expulsan lexiviados ni perjudican el medio ambiente. Son de fácil transporte y almacenamiento. Según las pruebas, no sufren daños, por ejemplo, cayendo de una altura de siete metros.

"Se puede hacer con ellos rellenos sanitarios, cubriéndolos con sucesivas capas de tierra, con la tranquilidad de que los fardos no van a emitir gases nocivos. Esta es una solución intermedia, pero segura y duradera, siempre y cuando los fardos no estén expuestos al sol por períodos prolongados. En este momento se construyen en Alemania cincuenta máquinas con destino a diversos lugares del mundo", aseguró Ricardo Place, presidente de FlowWaste Argentina.

Disposición final

El almacenamiento transitorio de los fardos puede seguir dos vías para su disposición final. Algunos desechos se reciclan para retornar a la industria en forma directa; los no aprovechables son sometidos al tratamiento térmico. La instalación Thermoselect es modular. Cada módulo tiene una capacidad de procesamiento de 75 a 100.000 toneladas de residuos por año. La planta se adapta a cada requerimiento.

Un módulo consiste en una compactadora que prensa la basura hasta reducirla a sólo un diez por ciento de su volumen original. A continuación, dentro del circuito, se introduce en un canal de desgasificación; luego pasa a un reactor de alta temperatura (que trabaja entre los 1200 y los 2000ºC) y tiene una instalación para la depuración del gas de síntesis.

Todos los módulos que se requieran comparten un depósito de residuos y una planta de purificación de aguas del proceso. Las unidades se pueden combinar de acuerdo con el tipo de desperdicios, al que se le imponen pocos requisitos.

"La Thermoselect transforma el 99 por ciento de los desechos finales en sustancias reciclables, obteniendo gas de síntesis muy puro para la generación de energía, un granulado mineral apto para la construcción y metales que pueden ser procesados en la industria del acero. Los concentrados residuales, como sales mixtas o azufres, también pueden destinarse a la industria; las sustancias tóxicas críticas -dioxinas, furanos y metales pesados- registran valores rotundamente más bajos que los límites que impone la EPA en los Estados Unidos", dijo Bettina Morlock, directora de la empresa.

Silvia Suárez Arocena

Fuente La Nación

Lectura recomendada por Viviana Zalazar

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