¿QUE ES LA NAVIDAD, PADRE?

Poesía de Maria Soledad Ranzuglia
¿Qué es la Navidad, Padre?
Que mis oídos no recuerdan,
la palabra precisa, Original,
que la devuelva reluciente a mi conciencia...

¿Qué es la Navidad, Padre?
Que mis oídos no recuerdan,
la palabra precisa, Original,
que la devuelva reluciente a mi conciencia...
En qué parte del camino
la confundí con la promesa
de sentirme renacida,
sin celebrarme, sin mirarme apenas.
Y es que los años no cuentan el sentido,
es que aquí no hay nadie
que lo entienda,
no hay más pasos que el instante
en que la emoción descienda.

¿Qué es la Navidad, Padre?
De niña la sentía en cada palma
de mi mano,
en mis ojos calmos del asombro,
pues aún estaba entre tus brazos,
soltándome de a poquito
asomando al Destino de lo humano,
fusionándome en el silencio
de tu Voz,
de tu inmensa Protección
que tanto extraño.
Te  extraño Padre,
no puedo así festejar tu cumpleaños,
el desamparo no se nutre del pasado,
ni pasa tu memoria en mí
como alguien recordado,
pues tu Vida es la mía
y la de Todos mis hermanos.

Cada lucecita encendida
es un  cierto  llamado,
sucede que la distancia
teje un velo muy tramado,
y son ecos lo que escuchas,
y son gritos de este lado,
y son cantos en el Cielo
que repiten los halados.
 


Gracias Padre,
al fin sé que caí en el vacío terrenal y
separado,
pero es un sueño que acontece,
por buscar la Vida en lo mundano.
Es tan sólo la ilusión,
no quedó nada librado
a mis juegos y creencias,
a mi criterio de carencias,
que hoy conforman mi pasado.
Tan sólo son las huellas
 por las que retornamos.

Se escuchan cantos de Alabanzas, Padre,
de los Cerros desciende Luz al poblado,
veo una mesa Infinita de Almas
que reciben Alimentos impensados,
pues la fragua de los siglos
retiran el sabor de lo logrado.
El ahora es mi tiempo,
me acercaré junto a mi plato,
encenderé algunas velas  y un gran árbol,
pues sus ramas manifiestan
el sabernos continuados,
nutridos por la savia del Amor,
que reverdece los antiguos costados.
Y brindaré mirando al cielo
que hoy busco en mis hermanos,
en el Valle y el silencio,
en todo símbolo que desclava
al tiempo de mis manos.

Feliz Navidad Padre,
                           abrázame,
                                         recién  estoy llegando.
  

                                                       
                                           María Soledad Ranzuglia.
                                 Del libro  “¿Dónde estás mi Vida?”
                                                                                       (Editorial El Copista, 2007)

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