La "serpiente" que recorre la Ruta 38

La Cumbre, La Falda, Capilla del Monte destinos de drogas

Como si fuese una serpiente, la Ruta 38 se compone de curvas y contra-curvas, lomas, bajadas y múltiples escondites. Es un paraíso turístico que resulta la columna vertebral del Valle de Punilla, pero también es uno de los principales corredores para entrar y salir por el norte del País. Por esta razón, es que las denuncias sobre tráfico de drogas en el sector siguen proliferando, al tiempo que cada vez se detectan más consumidores y repartidores de sustancias en las localidades serranas

En ese sentido, "los allanamientos para tratar de dar con cargamentos provenientes de Santiago del Estero, Catamarca y La Rioja se suceden con cierta frecuencia, aunque siempre se logran detener a pequeños ´revendedores´"; revelaron miembros de una Junta de Participación Ciudadana del norte de Punilla. Localidades como La Cumbre, Capilla del Monte, La Falda, Santa María de Punilla y San Marcos Sierra son destinos "comunes" para el arribo de marihuana, cocaína y otras sustancias ilegales, como también para el asentamiento de pequeñas bandas marginales.

Así es que el pasado lunes 23 de noviembre del 2009, en el marco del llamado "Operativo Infierno Blanco", la gendarmería nacional interceptó -en las poblaciones de Salvador Mazza y en Salta- un cargamento de 262 paquetes de formas rectangulares y ovales, que contenían en su interior clorhidrato de cocaína, que pesaron en su totalidad 265 kilogramos y que tenían como destinos Capilla del Monte y la ciudad de Córdoba. Y detuvo a un sujeto oriundo de la ciudad punillense, quien era el cabecilla de esta red, con conexiones en otras comunidades cordobesas.

Pero lejos de ser el último caso, dejando fuera de la lista los casos detectados de "tenencia para consumo personal", en el Valle de Punilla se registraron numerosas detenciones y operativos para desmantelar pequeñas "fábricas" y dar con "narcos" que atraviesan la Ruta 38.
Asimismo, días atrás, el locutor radial Quique Pesoa de San Marcos Sierra habría puesto el "grito en el cielo" al sostener: "Un comerciante del pueblo viene vendiendo cocaína y marihuana hace tiempo, pero ahora empezó a utilizar a sus mulas -tipos de 20, 22 años- para iniciar a niños de 13 en la droga, y el problema es que acá hay un porcentaje grande de adultos que consumen, por lo que justifican la existencia de este proveedor y no ven con malos ojos que los pibes se fumen un porro y de vez en vez aspiren una línea de cocaína".

Diario de Carlos Paz

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