"Sestopal, ahora sin plata, busca la participación ciudadana que tanto despreció"

Artículo de David Buccini

El periodista granpecista Jorge Domínguez es el ciudadano que más fe tiene en la gestión del intendente Sestopal. Al término de la reunión donde se presentó el Plan Estratégico le preguntó/opinó/vaticinó: “Indudablemente para muchos que por ahí no tomaron en serio hace un tiempo que había una decisión política orientada a tener amplitud en la comunidad,

“Es clave para La Falda adoptar este tipo de cuestión, se envalentonó el Gran Pez Sestopal ante el bravo periodista. En algún momento teníamos que tomar la rienda y llevar el barco a una costa porque estaba muy complicada la ciudad, pero hoy que crece, que se desarrolla y que tiene mucha vida, creo que tenemos que trabajar entre todos para que siga siendo un lugar para vivir, donde cuidemos el ambiente pero que tenga el trabajo suficiente y para eso hay que planificarla y hay que tener una visión estratégica”.
estos acontecimientos van afirmando que era en serio ¿no?, y que sin duda todo lo que venga de aquí en adelante va a tener que ver con participación y con consenso y eso de algún modo es lo que vemos en la participación del día de hoy”.

Independientemente de su proeza metafórica de llevar hasta la costa un barco tomándolo por las riendas, lo cierto es que el período que Sestopal asegura “era muy complicado”, fue en realidad el período en que los ingresos municipales por impuestos directos y coparticipación provincial y nacional fueron los más importantes de la historia reciente. Además de haberse recibido como nunca antes subsidios y empréstitos que se esfumaron entre los dedos, como el famoso Polo para la cría de conejos en Pampa de Oláen, donde una montaña de dinero terminó en la nada, sin producción ni explicación, por citar un ejemplo de tantos.

Esto de los buenos ingresos públicos ocurrió en La Falda y en todo el país, siendo el superávit fiscal unas de las consecuencias directas en todos los niveles de la administración pública. Así que durante los años dorados de buenos ingresos económicos (2003 – 2008), Sestopal no escuchó a nadie, hizo todo de acuerdo a su capricho personal y con gestos autoritarios y poco transparentes se cansó de beneficiar a los amigos del poder con dinero público, abusó de las contrataciones directas, sin llamar a licitación, como en el caso del gas natural, para cerrar esos negocios que beneficiaron a un puñado de personajes y allegados.

Ahora, cuando debe despedir empleados porque el dinero escasea, cuando no puede ni tapar los baches que se multiplican en las calles, ni logra mantener la ciudad limpia, parece que se le acabó la voz de mando inapelable y busca el consenso para administrar la miseria de este presente. Y en estas condiciones, según parece quieren decirnos algunos, tenemos que ir y aplaudirlo.

Piedrita por piedrita
A pesar del entusiasmo de periodista granpecista Domínguez con “la participación que vemos hoy”, lo cierto es que fue escaso el público que, según se encargó de resaltar en varias ocasiones Sestopal, se acercó al acto de presentación del proyecto.
En el Auditorio sólo había 29 personas aparte de los cuatro conferencistas. Catorce eran funcionarios y empleados municipales, siete integrantes del Concejo de la Ciudad, tres asesores acompañantes de las universidades presentes, un concejal por la oposición, tres periodistas y un vecino.
El gobierno de Sestopal tiene un problema grave para el objetivo que se propone de buscar consenso a través de la participación ciudadana. Y ese problema es la falta de confianza hacia su persona y su gestión que él muy bien se ha encargado de sembrar. Amplios sectores de la sociedad ya no le creen, y no es por cuestiones políticas mezquinas, sino porque cientos de vecinos con ánimo de participación social y comunitaria se han cansado de sus mentiras y de su manejo autoritario, siempre beneficiando a un pequeño grupo de amigos del poder, y muchas veces atacando de manera directa los intereses y el bolsillo de los vecinos.
Una de las mentiras más grandes del Gran Pez la volvió a decir esa misma mañana. “Este Gobierno fue poniendo piedrita por piedrita para fortalecer las instituciones”. Pruebas al canto, vamos al caso vergonzoso de la Ucis, el fenecido Ente de Turismo y el mismísimo Consejo de la Ciudad.
Ucis: Con el amigo del poder Ariel Ariza al frente, desplazaron a comerciantes independientes que habían trabajado durante años por el desarrollo del comercio y asumieron la conducción con la impronta de hacer tantas cosas que nunca, jamás, hicieron algo. Ni siquiera participan del Concejo de la Ciudad, al que sólo fueron en la primera reunión constitutiva para asegurarse de imponer en la presidencia al designado por el Gran Pez, Juan Carlos Grenade. O sea que Sestopal puso la piedrita en la Ucis y la neutralizó, durmiéndola. Allí no hay quien haga una crítica a su gestión. Tampoco quien le aporte una idea.


Ente de Turismo: Es el modelo de participación con decisiones vinculantes que funciona en las ciudades turísticas de avanzada. Pero Sestopal lo cerró, argumentando que las decisiones demoraban. Así que ahora Buonamico hace todo más rápido y sin transparencia. Se esperan aún los balances del Tango de ediciones anteriores y el actual.



Concejo de la Ciudad: Sestopal no lo convocó por años hasta que los vecinos autoconvocados por el gas a precio justo se lo reclamaron con la advertencia de recurrir a la Justicia. Allí entonces se decidió, obligado por las circunstancias. Lo convocó de golpe e impuso a sus amigos en la conducción.



Finalmente, al Consejo de la Ciudad a renunciado la Asociación Serrana de Hoteles. La explicación oficial es falta de tiempo de sus miembros. La que dejan traslucir off the record habla del carácter no vinculante de esa entidad, por lo que se sigue reclamando participación real a través del Ente de Turismo, que el Gran Pez mantiene muerto. Varios hoteleros, además, coincidieron en una de las razones del alejamiento: “No queremos hacerle el caldo gordo a Grenade”. En otras palabras, sospechan que sólo se trata de apuntalar su figura para proyectarla, tal vez, como futuro candidato a intendente del oficialismo.
Cuando Sestopal se da cuenta de la escasa participación ciudadana a su convocatoria, debe pensar en todas las políticas que puso en marcha y en sus actitudes como Intendente a lo largo de estos años. Si se sincera, allí encontrará las respuestas a sus inquietudes.

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