La Cumbre fue invadida por las brujas de Halloween

La villa serrana colmó su capacidad hotelera y sus calles, vidrieras, lugares públicos y boliches bailables se vistieron del negro de los disfraces y el carmín de los rostros.

Como cada octubre Halloween sorprendió a esta localidad serrana con su carga de mitos y leyendas celtas, de brujas y espíritus malignos, de alegría y risas infantiles: una misteriosa amalgama con raíces de siglos.
Ya desde la mañana la capacidad hotelera estaba totalmente agotada, con visitantes de todo el país que han convertido esta fecha en un clásico para la diversión, a pesar de las negras vestimentas y el horror de las máscaras.
A la tarde comenzó esta maratón que no cesará hasta mañana con las primeras luces del día, como reza la leyenda y habrán huido los espíritus con el satánico Samhain (Caballero de la Muerte) a la cabeza. La primera etapa fue para los más pequeños, que se concentraron frente al andén de la antigua estación, entre bailes y payasos.
Luego, como la tradición lo marca, recorrieron las casas de los vecinos y golpeando sus puertas exigieron las más variadas golosinas.
Pero pronto la noche todo lo invadirá y la gente colmará los cuatro boliches bailables de La Cumbre. Al punto que en El Pungo, donde se desarrolla la movida más espectacular, su capacidad de 4.500 personas está agotada.
La villa se puso a tono y las vidrieras lucen las calabazas y alegorías de todo tipo, brindando la peculiar imagen de un pueblo que regresó al pasado y sus leyendas.
Nadie duda que hoy el recuerdo del genial escritor “Manucho” Mujica Láinez se refugia en cada rincón. Con su esposa Ana Alvear fue el precursor de la celebración en su ya histórica residencia (hoy museo) El Paraíso del paraje de Cruz Chica, donde la fiesta a puertas abiertas finalizaba con el sol en lo alto.

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