Vuelo libre en el cielo de Punilla

Paraje soñado. La expansión de los parapentes superó al aladeltismo

partir de 1970 se impuso como centro de aladeltas y parapentistas y desde esa época una amplia gama de coloridos surca las alturas del valle. Hoy el paraje es referente internacional de la actividad con un amplio calendario anual

El cerro Mirador de Cuchi Corral está ubicado a ocho kilómetros al oeste de La Cumbre y forma parte de la estancia homónima. A la cima de este monte se accede por un camino provincial desde la ruta 38.

Cuchi Corral es conocido y valorado desde los tiempos de la conquista aunque su mayor difusión la tuvo a raíz de ser elegido centro de vuelo de parapentes y aladeltas que lo posicionó en el contexto turístico provincial y nacional.

Sin embargo, ya el 10 de diciembre de 1945, se declaró a la Estancia Cuchi Corral Monumento Histórico Nacional.

Eran tiempos en los que se conservaban los tricentenarios nogales y la estructura de la capilla rancho del siglo XVIII, junto a los corrales de piedra que albergaban el ganado mular en su largo viaje hacia el Alto Perú.

En la actualidad no quedan vestigios de aquellos elementos que le hicieron ocupar un lugar importante en el patrimonio histórico aunque por su hermosa geografía y el clima excepcional ocupa un sitio de privilegio en el turismo.

Fue partir de la década de 1970 cuando un nueva actividad deportiva amplió las posibilidades del lugar: el aladeltismo transformó al mirador de Cuchi Corral en la Meca de todos los deportistas de esa especialidad.

En la Semana Santa de 1979, comenzó a realizarse el Campeonato Argentino de Vuelo Libre, con vigencia en la actualidad.

También, con el perfeccionamiento de las alas se ampliaron las distancias de vuelo y las permanencias.

Es que en Cuchi Corral se obtuvieron récords: de distancia (Oscar Bean voló entre La Cumbre y la ciudad de Córdoba a lo largo de 96 kilómetros) y de permanencia (Sebastián Romanazzi con seis de vuelo sobre el mirador).

A la convocatoria de los deportistas se sumó la del público que en época de los campeonatos supera los 4.000 espectadores y los fines de semana . En períodos vacacionales unos 200 turistas visitan diariamente el lugar.

Parapentes. Otra de las fechas claves fue el año 1991, cuando un grupo de pilotos de parapente provenientes de Suiza, volaron en Cuchi Corral. Uno de los más calificados instructores Christopher Smith, junto a sus pares europeos coincidieron en que el centro de vuelo por excelencia era el Mirador Cuchi Corral.

A partir de allí se empezó a desarrollar el parapentismo y ya en 1993 presentaron en Suiza el nuevo sitio de vuelo. A consecuencia de esta presentación ya en 1995 arribaron los principales referentes de la actividad en Europa como Stefan Stieg, Richard Gallón y Peter Heboid, junto a los propietarios de una de las mayores fábricas de parapente del mundo.

La visita se centró en Cuchi Corral con el objetivo de hacer un nuevo catálogo destinado a la exposición de Munich (Alemania).

En este contexto en 1996 el equipo del entonces subcampeón del mundo André Hediger llegó a La Cumbre para entrenar y poner a punto sus nuevos prototipos. De allí en más se sumaron otros destacados deportistas y en 1999 se realizó la Copa del Mundo de Parapente por primera vez en Argentina.

Paraje soñado. La expansión de los parapentes superó al aladeltismo, no obstante ello, ambos deportes son sinónimo de Cuchi Corral.

Un paraje que brinda una postal del valle y en el que el espíritu de aventura encuentra el ámbito propicio para llevar a cabo distintas alternativas.

Actividades: todos los días cuando las condiciones climáticas son favorables (viento suave del sector norte, que forma térmicas sobre el valle de Pintos).

Fuente La Voz del Interior

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