EXITOSO CICLO DE LECTURA DE POESIAS DE MARIA SOLEDAD RANZUGLIA

Manso y decidido, avanza con su luz de miel atardecida sobre los campos, abrazando toda vida,

llevándola a su guarida de piedra y raíces mullidas que ahora descansan para más tarde volver a dar.

El Invierno recoge con sus manos de lana, la sombra de los frutos dibujando así el almacén de su memoria…

Acunará en las noches, miles de yemas nacidas del nácar y el rosado, inaugurando bajo el manto mineral, una fiesta.

Una suave mesa de papel madera llena de alimentos condensados ensancharán las raíces de los árboles nutriéndolos de invisible serenidad.

Se encenderán los antiguos cauces de luz por donde pasarán triunfantes tus anhelos con suave música de  diminutos violines.

Desde el centro de la Tierra bulle el fuego como un sol en todas direcciones fortaleciendo el pan de espíritus fecundos.

El paisaje asume la quietud de piedra, resiste la retama… Su fragancia es la respuesta que devolverá...

Resiste el jazmín del cielo en su delgada estructura, recostado en la íntima pared de su catedral.

Resisten los hombres su esgrima de plata tallando lo esencial,

loque no se alcanza a ver pero se siente como el nido tibio de seis palomas en ronda de madres.

Sí, debajo de la tierra y dentro de cada vida, es una  Fiesta...

                                                                                                  María Soledad Ranzuglia